
Los Misioneros Reparadores del Corazón de María, somos hombres de fe que
siguiendo los consejos evangélicos de obediencia, pobreza y castidad. Y un cuarto
voto, el de la oblación, propio de la
comunidad, siguiendo un estilo de vida particular de consagración.
Nuestro carisma es llevar a la vida de fraternidad, la acción reparadora y el amor de reparación, semejante al que
nos tiene Jesucristo, que fue el gran reparador de las ofensas al Padre Eterno;
quien ama inmensamente las almas reparadoras y victimas en las que ve a su
querido Hijo. “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mt.
3,17).
Tres son las formas de particular consagración dentro de la comunidad reparadora:
1. Quienes comparten permanente convivencia
2. Quienes acogiendo las constituciones y la Regla de vida propias ejercen la convivencia de manera externa.
3. Quienes acogiendo la espiritualidad y carisma así como su acción pastoral
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